Ceremonia del Río

Oshun vivía con Shango y estaba embarazada; Shango iba siempre de viaje a distintas tierras para conocerlas, en uno de esos viajes se tardó mucho y Oshun dio a luz dos bebés llamados Taowo y Kainde. 

Ella fue criticada por la gente del pueblo, porque nunca habían visto que una mujer pariera dos hijos al mismo tiempo, afirmaban que le había sido infiel a Shango. 

Desesperada llevó a sus dos hijos a un malangal, los tapó con hierbas y fue a casa de Orunmila para que le hiciera Osode, éste le habló de calumnias y la mandó a la casa de Olofin quien le dijo: pariste dos niños y me dices que los dejaste abandonados, ya no los busques porque están en poder de Oya, pero ahora tendrás otro hijo, que se llamará Ideu, para parirlo tienes que ir al río con un ave y ofrecerla en sacrificio en la orilla del mismo.

Oshun hizo la ceremonia y tuvo su tercer hijo; Olofin citó a todos los de aquella tierra y les dijo: van a aprender, cualquier mujer de ahora en adelante, que se conozca, podrá parir gemelos y también trillizos, y no habrá por ello infidelidad, como no la hubo en Oshun hacia Shango. 

A partir de ese momento, para hacer Kariosha, se tiene que llevar al iniciado al río, para que Oshun e Ideu reconozcan que nace un nuevo Olorisha.

Esta ceremonia es de mucha importancia porque con ella se eliminan las energías negativas que tiene la persona, antes de volver a nacer, para que su nueva vida esté llena de prosperidad y abundancia.  

Además del reconocimiento por parte de estos Orishas, el iniciado toma un secreto del río, que representa la espiritualidad de Igba Omi Odo, costumbre que se originó de acuerdo con la siguiente historia.

Orunmila tenía un hijo llamado Igba Omi Odo, el cual era predilecto de Oshun y siempre estaba en el río. Un día Orunmila necesitaba agua y cuando fue a buscarla vio a su hijo muerto, horrorizado volvió a la casa. 

Orunmila se hizo ebbo, tomó una tinaja y mandó a un ahijado a que le trajera agua del río y que además sacara del fondo la cabeza de Igba Omi Odo. El ahijado al ir a sacar la cabeza lo que sacó fue un “secreto”, Orunmila lo agarró, lo echó dentro de la tinaja con agua y la adornó en recuerdo de su hijo.



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